miércoles, 11 de enero de 2017

Una visita del pasado

De la theodysseyonline.com

Una vez, cuando sentía que debía cambiar muchas formas mías de pensar, alguien que amaba mucho me dijo que lo más difícil es aceptarse a uno mismo, у lo es.

Después de tres años de puertas cerradas, sentí que debía desviar mis intereses y empezar a luchar por sueños distintos; podría hablar de los sacrificios, de las personas que dejé de ver, de los tropiezos y de las desilusiones, pero también leo lo que escribo y entiendo que todo eso es parte de las etapas por las que uno pasa y que en algún momento tiene que dejar para poder empezar otras. 
Si hubiera podido ver el futuro, no habría estado segura en ese momento de lo que habrían visto mis ojos. 

En el 2005 un amigo de mis padres me preguntó qué quería ser cuando fuese grande y a mis nueve años le dije: "Doctora". Pasaron dos años y en mi clase de inglés, en la cual todos ya estaban en la universidad, me volvieron a hacer la misma pregunta y yo contesté con la misma respuesta. Una compañera comentó en voz alta que cambiaría mi opinión para cuando terminase la secundaria; para mi sorpresa ella sería la primera de muchas voces más. Cinco años después, ellos tuvieron la razón ya que cambié de opinión exactamente cuando terminé la secundaria.

A finales del 2015, esa niña de nueve años volvió a conversar conmigo, me contó sus sueños y su forma de ver el mundo, me mostró sus proyectos y su preocupación por la sociedad de ahora; no solo me convenció, sino me enamoró. Le dije que tenía miedo y me confesó que ella también, sin embargo me explicó que el miedo nunca se va, sino con él se convive. Ella dice que perder el miedo es para los que están completamente seguros que la probabilidad de que un suceso sea exitoso es uno, me comentó que si alguna vez pierdo el miedo no voy a sentir la satisfacción de mi éxito. Entonces me acordé que aunque me he tirado dos veces de un puente con los pies sujetos a una cuerda, lo volvería hacer, pero no porque esté segura de que todo vuelva a salir bien, sino porque aprendí a convivir con ese miedo y mi experiencia me dice que ese salto vale el riesgo.
Bungee 2013 - Nueva Zelanda

Entonces salté, salté una vez más hacia un futuro incierto, lleno de competencia y de personas desconocidas con las mismas ganas de conseguir lo que se habían propuesto; no pensé en hacer amigos porque no sabía a qué estaban dispuestos para lograr sus metas; sin embargo, me siento feliz de los pocos amigos que hice porque me hicieron sentir acogida en un lugar en el que jamás había estado en toda mi vida. Gracias a esa niña, he recibido muchísima ayuda para conseguir lo que nos propusimos, no estuvimos solas en todo el camino y la ayudé cada vez que quiso mejorar algo en mí. 

Ha cambiado tantas cosas que siento que ella está más en mí que yo y es porque ella es muchísimo más fuerte, del tiempo del que ella viene los errores son lecciones y cada día es una oportunidad para hacer bien lo que hiciste mal, le perdonan casi todo. Cuando decidimos usar la bicicleta como medio de transporte, le dije que era peligroso y que, asimismo, era una gran responsabilidad, pero no me creyó hasta el día en que terminé en el hospital. Cuando regresé a mi casa, me dijo qué es lo que debía mejorar y la escuché. Para mejorar es necesario tener paciencia, así que cada día trabajo en mi paciencia. No les voy a mentir, hay días en que pierdo tanto la paciencia que ella va a buscarla por mí. A ella le encanta hacer las cosas bien, es considerada, amable y carismática; probablemente es la mejor versión de mí. A veces no la quiero, pero la necesito y eso me recuerda a Nanny McPhee, tal vez esa niña se vaya cuando haya cambiado en mí lo que considere necesario y yo ya no la necesite. 
De la forma que fuese, estoy disfrutando mucho su visita y tengo el presentimiento que vamos a seguir logrando muchas cosas juntas. 

Una vez me dijo que no llore por mis errores, por las veces que le fallé a alguien, por las veces que mentí, por las veces que oculté algo, porque llorando no arreglo nada. 
Imagen de Esperanza Varela - Psicóloga

Todo lo que me ha dicho lo considero válido ahora, ha sido difícil aceptarme tal cual, con mis errores y defectos, es muchísimo el dolor que siento cuando cometo el mismo error porque no supe reconocer la situación; sin embargo, aunque me sienta indefensa cuando alguien ve mis defectos sé que puedo cambiar, porque el mundo necesita personas que se perdonen sus errores y los reconozcan, porque si dos jóvenes de quinto de secundaria tuvieron la esperanza de que Abimael Guzmán reflexionara sobre las atrocidades que cometió en su país mandando una carta a su celda, entonces sé que mis errores aún no me condenan, que aún estoy a tiempo para ceder el asiento reservado, a tiempo para no volver a montar bicicleta en la zona peatonal, a tiempo para solo bajar en el paradero, a tiempo para no apoyar la piratería, a tiempo para seleccionar mi basura, a tiempo para ser mejor hija, a tiempo para ser mejor hermana, a tiempo para ser mejor amiga, a tiempo para dar lo mejor de mí en este mundo. 







miércoles, 18 de febrero de 2015

De pocas teorías y mucha vida.

Es irónico cómo en la mayoría de los aspectos de nuestras vidas buscamos terminar lo que comenzamos, en casi todo, porque cuando hablamos de amor los conceptos y las teorías no aplican. Cuando amamos a alguien no pensamos en hasta cuándo, por eso sucede que a uno de dos se le hace difícil dejar de querer a alguien. Sin embargo, existen personas que como en el amor, los conceptos no aplican en sus vidas. Él era una de esas personas.

Antes de partir, ya me había hecho la idea de no tener más citas debido a que sólo me quedaban meses y no quería más drama sinceramente, pero... Ya me conocen, saben que siempre pasa algo cuando no espero que pase.

Recuerdo la vez que lo vi en el cine, nuestros grupos entraron juntos a pesar de haber ido por separado y ese día, en vez de ver realmente la película, nos pusimos al tanto de nuestras vidas y nuestros planes. Desde que supo que me iba empezamos a frecuentarnos más, al principio en grupo y luego sólo los dos. No lo voy a negar, había química y aunque pensábamos diferentes sobre muchas cosas, aveces sentía que hablábamos el mismo-raro-idioma.
El día que sentí haberme enamorado de él no dudé en decírselo, y ese mismo día me besó. Yo no estaba segura si él estaba enamorado de mi, peso ese beso tampoco me dijo lo contrario. Un mes antes de partir me enteré que mi aplicación había sido postergada hasta septiembre, es decir, me quedaría nueve meses más. Aquella noticia no cambio nada en lo absoluto, él y yo seguíamos frecuentandonos, y besándonos, y así. Luego de tres meses empecé a preguntarme qué éramos exactamente. ¿Amigos? Sí ¿Sólo amigos? No, creo. Si yo salía con alguien más era infidelidad, o no? Algunas veces recordaba haberle dicho lo mucho que me molestaba cuando dos personas como amigos se entienden, la pasan bien, y uno se siente feliz y completo pero cuando deciden volverse enamorados se reclaman cosas que antes no: la falta de detalles, o las tardanzas y el "no puedo" se convierte en un "no me interesa" para muchos. Tal vez, él no quería que nada de eso nos pasara y por supuesto  que yo tampoco lo deseaba.
Con el pasar del tiempo él me fue demostrando su interés hacia mi, y su preocupación. Cada acto y cada detalle. Por mi parte, mi corazón latia a mil por él, cada día no sólo más enamorada sino que lo llegué a querer tanto que por momentos pensaba en no irme, que tal vez estaba parada frente al hombre de mi vida. ¿Pero cómo podía el hombre de mi vida no ser siquiera mi enamorado?
Cada vez que traté de tener celos recordaba que no éramos una pareja y que no tenía que reclamarle. Eso me premitió ver las cosas con una perspectiva diferente, pensar con la cabeza fría y me ahorró muchas peleas en vano. Durante ese tiempo, él me respondió muchas preguntas, resolvió muchas dudas, excepto una: ¿qué éramos, si no éramos novios ni tampoco sólo amigos?
Para cuando tuve que irme, él había hecho cosas por mi que nadie había hecho antes: dedicarme su tiempo, y su atención. Muchas veces lo escuché susurrar algo, pero nunca entendí qué decía.
La semana antes de irme me explicó qué éramos, y que si no me explicó antes fue porque no lo habría entendido sin antes haberlo vivido. Él no creía en estar enamorado, y que si amar era un sentimiento entonces no existía ni más ni menos; que tener un título de pareja no define lo que existe realmente entre dos personas. Que no necesitaba ser mi novio para hacer todo lo que hizo, que lo único que necesitaba era querer hacerlo para que todo se vuelva realidad. Que si lo que sentía cada vez que su corazón palpitaba por mi era amor entonces me amaba pero que no era esa la manera con las que él definía las cosas.
<< Yo no te puedo decir que te quiero o que te amo, pero sí puedo decirte todo lo que me pasa cuando te veo, y cuando te aproximas hacia mi, cómo mi corazón se detiene para luego palpitar a tres latidos por segundo, que cuando no hablamos por varios días siento un agujero negro en el pecho, cómo mis nervios se sacuden cada que tu piel me roza. Puedo contarte como tus besos me dan la sensación de estar a salvo. No puedo medir cuanto "amor" sentí ayer y si mañana será más, pero sí puedo confesarte cada día todo lo el desorden que causas dentro de mi; cómo estar contigo me hace sentir más saludable como si mi organismo hubiera encontrado paz finalmente dentro de ese nuevo orden. Perdón por no ponerle un título a la relación, con un mes o una fecha, lo que fuimos no tuvo otro nombre mas que tú y yo, y es lo mejor que me ha pasado hasta ahora>>.

Ahora pregúntenme como puede uno alistar sus maletas y subirse al avión con rumbo a tu futuro si sientes que una parte de tu futuro se queda atrás. Esa semana comprendí que no existe vida si no dejas que tu  ser sienta lo que quiere sentir. Los conceptos se hicieron para entender cosas, pero lo que sentimos esta tan dentro de nosotros mismos que analizarlos sin haberlos sentido antes sería el peor error. Entre ambos no se rompió ni se terminó algo, nuestras vidas solo siguieron, sin dejar de sentir, sin dejar de dar.

Tener un diploma no te hace mejor alumno, tus esfuerzos y tu conocimiento sí. Tener un apellido reconocido no te hace prestigioso, tus actos sí. La vida tiene esquemas y etiquetas, existen teorías y formas de hacer las cosas pero no seguir ese orden no es lo que te conduce al fracaso, dejar de hacer las cosas lo hace. Creemos que lo mejor fue crear las vacaciones en verano, sin embargo, no pensamos en los amantes del invierno que no tienen el miso tiempo libre para disfrutar su mejor estación del año. Nada establecido esta tan bien hecho como para asegurarnos que al final todos saldremos bien parados, y aunque la mayoría siga el patrón no tengas miedo a ser la excepción a la regla, que la falta de un título no te vuelva incapaz de lograr tus metas, porque cuando hay voluntad y compromiso, el 'si podrás' de la gente está de sobra.



martes, 17 de febrero de 2015

Aveces no es quién, sino cómo.

Existen muchas razones por las que uno puede odiar a alguien: porque te mintió, porque te defraudó, porque no llegó, porque se burló, o porque de alguna manera te hizo daño. Sin embargo, lo que sentimos cuando esa persona que queremos tanto, esa persona por la que hemos dado la mejor versión de nosotros mismos no nos puede querer en la misma escala, no porque no pueda sino porque no somos "esa persona", ese sentimiento no es odio, ni tristeza ni nada que conozcamos, pero es un vacío que nos hace preguntarnos si realmente valió la pena dar lo mejor, o si para ellos hubiera dado lo mismo no hacerlo.

Hay personas que nacen para ser tus amigos, y hay personas, como yo, que nacen para alterar la naturaleza de las cosas...

Primer año de universidad. Otro país, y realmente hacer amigos era algo que necesitaba. Honestamente, me hubiera encantado tener amigas como lo planeé, pero él llegó primero. Además, para mi suerte él también era de primer año, lo que significaba que vivíamos en el mismo edificio. Él era de los que te cae bien de primera impresión, y de segunda también; efectivamente me cayó tan bien que no sentí la necesidad de ganar amigas durante todo ese año, al menos no hasta el final.
Él, en cambio, tenía sus amigos con los que rápidamente me integré; total yo era para ellos un chico más.

Aveces no tienes idea de lo que los demás están pensando hasta que piensan en voz alta y tú estás prestando atención. Bueno, resuelta que se comentaba en la cafetería que él estaba jugando conmigo ya que se sabía que él salía con una chica de un año mayor. Ese día me enteré dos cosas: que quien creí mi mejor amigo tenía novia y que al mismo tiempo jugaba conmigo. OBVIAMENTE creerán que fui a hablar con él, contarle todo porque así él me aclararía todo... Y no se equivocan, él me aclaró todo, pero no fue hasta seis meses después. Yo, por otro lado, seguí siendo su amiga y de su boca nunca lo escuché hablar de tal chica ni de ninguna otra. Con el paso del tiempo nos habíamos hecho dependientes uno del otro, él había aprendido a hacer todo lo que yo hacía y viceversa.
A todas las reuniones me llevaba como su pareja, y fue ahí donde escuchaba decir que la suerte ahora era mía, que ese tipo de chicos eran de los que ya no había. Y tenían razón. Él era de los que ahora ya no hay. No hubo ningún momento en el que yo estuviera hablándole y él no estuviera mirándome, él no sólo tenía la paciencia para entenderme, sino también el interés de conocer cosas que ni yo conocía de mi misma. Y cuando me di cuenta que él lo valía todo, solo lo di todo, lo quise sin buscar defectos, le di los mejores detalles, me enamoré de él incondicionalmente por 6 meses, hasta el día de su cumpleaños. El día de su cumpleaños armé el mejor regalo, la mejor sorpresa, además era su despedida porque se iba de viaje por el verano y no lo iba a ver durante dos meses. Antes de irme de la fiesta, no me pude contener y lo besé, no sé si él lo quería o lo esperaba, pero era algo que necesitaba hacer y solamente lo hice. Luego de besarlo nos sentamos y me contó todo: La chica de la que escuché hablar en la cafetería sí existía pero se había ido de intercambio a Francia, al país al cual él se iba por 2 MESES, por eso nunca antes me habló de ella. Me abrazó y me dijo que yo era la mejor amiga que él alguna vez pudo imaginar y que me quería tanto que de haber sabido antes hubiera hasta intentado que las cosas entre nosotros funcionen. Lamentablemente, él ya tenía un compromiso con alguien más y había una promesa de por medio. Solo le dije que se vaya tranquilo, que tal vez ese beso era una forma de sellar nuestra amistad y que no estaba segura de sentir algo más, pero la verdad era que sí sabía.


Algunas veces nos demoramos en darnos cuenta cuanto queremos a alguien. Otras veces, nos enamoramos de la persona incorrecta y, también, están las veces en que nos enamoramos de la forma incorrecta. Yo me enamoré de la idea de él, del chico ideal que merecía lo mejor. El hecho de saber que era capaz de hacer todo por alguien, lo amaba, pero no era por mi por quien él sería capaz de hacer todo. Confiar ciegamente en alguien no está mal si no tienes miedo a salir lastimado. Amar la idea de que al fin existe la persona que imaginabas está bien hasta el punto de no asumir que es tuyo por el simple hecho que era así como siempre lo añoraste. Y sí, todos los detalles valen la pena, pero la persona solo va a valer la pena dentro de tus criterios. Que una persona no te quiera en la misma escala no significa que te traicionó, ni que te mintió, o menos que quizo hacerte daño; tampoco puede decepcionarte porque cada quien elige a quién amar y cómo. Elegiste a quien creíste conveniente y al igual que yo debes comprender que se necesita tener criterios propios sobre una persona, no lo que ven los demás, mas lo que ves tú ves en esa persona y lo que está dispuesto a dar por ti. De vez en cuando, suele ser más saludable dejar que un poco de realidad entre a tu vida, analizar ese poco y usarlo para tu propio bien. La vida realmente es difícil, pero si la conoces de a pocos, verás que algún día la llegaras a entender haciendo que muchas cosas al fin tomen forma. 

lunes, 26 de mayo de 2014

Una mirada al presente

Durante nuestras vidas vivimos recordando tantas cosas: desde lo que tenemos que hacer, hasta lo que no hicimos, en lo que nos pasó y con quién, hasta lo que quisiéramos que nos pasara. Soñamos despiertos porque aún no tenemos el valor de hacer que las cosas ocurran. El pasado siempre va a estar ahí cada vez que quieras volver a él , lamentablemente él nunca va a venir y eso intentaba yo, yo intentaba recuperarlo.


Deslizaba mi vida por la vida de los demás esquivándolas e ignorándolas, pensaba en él, y un día mientras salía de una cafetería a la recurría constantemente, alguien que tal vez había estado ahí antes se despidió de mi, tuve suerte en escucharlo a pesar que llevaba los audífonos puestos. Cuando giré, aquel chico estaba mirándome con una sonrisa y fue entonces que reaccioné. Sentí como si fuera la primera vez que despertaba, como si fuera la primera vez que miraba a mi alrededor, entonces le sonreí y agitando ligeramente mi mano le dije: "Hasta luego."
Su cara se me quedó grabada. Desde entonces cada vez que nos veíamos nos sonreíamos, aunque pareciera poco, para mi lo era todo. Era inocente y sencillo y a la vez directo e íntimo nuestro contacto visual, durante todo un mes.Para era él era fácil debido a que nunca tuvo que preguntarme mi nombre ya que yo tenía que decírselo casi todos los días. En cambio yo no tenía cómo saberlo. El día que finalmente me decidí a preguntárselo, él ya lo tenía puesto en su polo. Así que no se lo pregunté (COBARDE), y como en mi mente solo pensaba en que al fin este chico ya tenía un nombre, no me di cuenta que dejé mi bolso en el mostrador (GENIA AH).  Mientras me iba, él se acercó hacia mi, entonces volteé porque me percaté que algo me faltaba y ahí estaba él con mi bolso. Al momento de agradecer aproveché en mencionar su nombre después del 'gracias' y me dijo: Sí, exacto. Ahora él no solo sabia mi nombre sino también sabía que yo sabía el suyo.
Luego de aquel día en el que me lo encontré de casualidad en la sección de cereales de un supermercado, y empezamos a hablar más sobre nosotros me di cuenta que nuestra historia estaría llena de casualidades. Efectivamente así lo fue. Ese mismo fin de semana nos cruzamos en el cine y ambos íbamos a ver la misma película que ya estaba en su última semana en cartelera. Nos sentamos juntos y sin haberlo pensado o planeado ya teníamos nuestra primera cita. Empezamos a salir más seguido y yo no dejaba de sorprenderme con él. Fue de esa manera como un completo extraño se convirtió en la persona con la que ahora paso mis días.

Cada cosa que hacemos, decimos o vemos se convierte en un recuerdo. Cada segundo se vuelve pasado, un pasado que forma parte de tu memoria y que sólo va a regresar cuando tú decidas ver hacia atrás. Sin embargo, no dejemos que un recuerdo nos haga parte de ellos de manera que nos estanque con ellos. Últimamente tratamos de capturar cada momento en una fotografía o un vídeo pero la magia está en acordarnos de ese momento sin que algo nos diga cómo fue, eso lo hace especial.  Sólo se vive el presente, el pasado se recuerda y el futuro se añora. Haz que cada día valga la pena, haz que pase lo que quieras que pase, te lo agradecerás y probablemente alguien también te lo agradezca. Toma tú la iniciativa cuando todos duden, ríe, llora, enójate, grita, canta, muévete, lee, sal cuando creas que no haya nadie a donde vas porque de los momentos espontáneos es de dónde nacen las casualidades. Arriesga, que nadie lo va a hacer por ti. Acuéstate satisfecho pero con las esperanzas y las ganas de que el mañana será mucho más intenso que el hoy. Se observador, que ningún día, por más parecido que te parezca, es igual, puede que haya algo o alguien que tu mirada esté obviando. Haz de tu presente ese pasado que quieres recordar y llevar contigo para siempre, entonces dejarás de lamentarte. TÚ ELIGES.

viernes, 20 de septiembre de 2013

¿ Y si alguna vez termina ?

"¡POR DIOS, LE GUSTO!" Ese es el típico grito de VICTORIA cuando te enteras que el chico que tratas tan bien esperando que él lo haga, por no decir que se fije en ti, se enamora o se da cuenta que tú también le gustas. Claro que ustedes me dirán que no es lo mismo, claro que no lo es, pero una cosa lleva a la otra, es decir, si alguien te gusta y te hace caso: te ENAMORAS. SÍ, así de fácil.

Saber que le gustas a alguien, después de tanta espera, porque así la espera sea de una semana fue una semana sin saber que si lo que estabas haciendo sería en vano o no, es en ese momento: UNA GRAN NOTICIA.
Las semanas o meses que siguen de esa noticia son las más mágicas y maravillosas porque no hay nada mejor que compartir experiencias con el chico que te gusta para conocerse mejor y cada vez la confianza sea más. Entonces llega el momento donde él te dice lo que siente y casi nosotras no hablamos hasta que nos hacen "la pregunta" y decimos que sí. Depende de la edad o madurez que tengas la relación durará más o menos. Pero toda relación al comienzo es feliz, les gusta estar siempre juntos, aprender cosas sobre el otro, tener experiencias que sirvan como tema de conversación en otra salida y bla bla bla... Imagino que tú conoces lo demás. Sin embargo, hay una cosa en la que no pensamos cuando estamos taaaaaaaaaaaaan enamoradas, y eso fue lo que me pasó con él.

"Comienzo de Febrero y en lo único que puedo pensar, además de por qué solo existen 28 días en este mes, es en él. Hasta ayer todo había sido estupendo. Muy estupendo a decir verdad y es que a quién le puedo mentir, soy la chica más afortunada. En realidad sé que él es el afortunado pero tengo que hacerme la humilde de vez en cuando. Aunque no lo veré hoy, él me ha prometido que me llevará a este increíble parque de diversiones en la costa oeste de la isla mañana domingo, no es que cumplamos un mes o año más, pero siempre es bueno convertir un día cualquiera en un día para recordar"

Palabras exactamente transcritas desde mi diario personal, y ahora puedo decir que fueron sabias mis palabras. Definitivamente nunca olvidaría ese día.
Ese domingo en la mañana él pasó por mi en su auto, tenía hasta tulipanes en la mano y me pregunté si tal vez había olvidado que era mi cumpleaños. Me llevó con los ojos vendados, y al llegar sentí que me habían tele-transportado. ¿Se dan cuenta que tan sólo recordar, me hace hasta rimar? Juego tras juego, risa tras risa, ese día llegué a conocerlo más que cualquier otro día. Tuvimos un "picnic", me regaló el típico peluche que los chicos ganan en las películas. Luego de esa tarde decidimos ir a la playa, llena de palmeras y un resplandeciente atardecer, y entonces pasó:

"Durante todo este tiempo juntos me di cuenta cuánto puedo llegar a querer a alguien, pero ya no puedo más y decidí darle a esta historia ese final feliz que las personas creen que no existe, he amado cada segundo de mi historia contigo y lo peor que podía hacer era arruinar los últimos segundos que me quedaran en ella. Eres especial para mi en muchos aspectos y decidir estar con alguien es valorarla no importa qué, sólo quería demostrarte que valoré esta historia hasta el último momento."- Dijo él.

Después de ese adiós nunca tuve más dudas, sólo sé que era el fin pero el fin de una grandiosa historia.
¿Nunca les han dicho que hay que terminar lo que empezamos? Pero el detalle está en saber hacerlo. No conocí a alguien más que supiera cómo hacer las cosas como él las hizo. En la vida, muchas veces cerrar una puerta significa abrir muchas más, pero saber cerrarla es lo que verdaderamente cuenta. Aveces dejamos heridas en otras personas sin importarnos su cicatrización, entonces ¿de qué vale tanto esfuerzo cuando conquistas a alguien? Si con un mal final pueden echar una relación y un recuerdo a perder o simplemente a no querer ser recordado. En la vida no podemos abrir una puerta sin estar seguros que hemos cerrado la puerta de la que salimos. ¿Por qué? Porque dejar la puerta abierta es dejar que el pasado te llame y no te deje avanzar. Tus actos deben ser reflejo de quien eres, nunca dejes que tú seas su reflejo. Aprende a terminar lo que empezaste y habrás conseguido asumir responsabilidades. Vivimos pidiendo explicaciones, lamentablemente somos mudos cuando tenemos que darlas. Ser sincero no le dolerá a nadie pero ten cuidado ya que ser sincero no es decir todo lo que pensamos. La vida es complicada así que no se la compliques a nadie. No sé que opinen ustedes, pero yo creo que todo buen comienzo es merecedor de un excelente final.

martes, 13 de agosto de 2013

Entonces ¿Quién engaña a quién?

¿Alguna vez has sentido aquel estrujón en el estómago al ver a tu enamorado besándose con una chica, esa chica con la que él siempre hablaba, los amigos de siempre, de la cual nunca pudiste sospechar? Y odiarla hasta en lo más mínimo, echándole maldiciones, hablando mal de ella, riéndote de sus errores y disfrutando sus derrotas, porque tal vez y sólo tal vez ella fue la razón o una de las razones por la que tu relación con ese chico se rompió definitivamente. Bien, ahora me pregunto si ¿Alguna vez te has imaginado a ti y tu amigo besándose mientras que sin saber, su enamorada era testigo de algo que tú pensabas era un secreto entre los dos? Entonces la perspectiva cambia o ¿no?
Normalmente, chicas como yo, son a las que llaman: Personas Enfocadas en Romper Relaciones Ajenas. Y tal vez es cierto, tal vez rompí una relación. Pero digamos que la historia no fue así como empezó. 

Hay un momento donde luego de acumular chicos en tu lista de "Ex" te das cuenta que no quieres volver a enamorarte. Simplemente, ya no más. Pero eso no significa dejar de tener amigos o ¿si? Sin embargo, hay veces en que la palabra amigos no se entiende. Acaso en difícil entender que en una salida de amigos no hay besos (?) Entonces cuando la situación se torna tan incómoda, decides alejarte aún más.  
Eso había decidido, alejarme y claro que funcionó pero no por mucho tiempo. Llegada del invierno, y se preguntarán qué tiene que ver la estación, pues bien, tal vez la estación fue la que provocó que él regresara. Suelen decir que los días nublados y las lluvias deprimen a ciertas personas, entonces fue su depresión lo que lo llevaría hacia mi. Encontrarme no fue tan difícil y ganarse mi confianza al parecer tampoco lo fue, otra vez. Las conversaciones nos llevaban a recordar un pasado que algún día fue nuestro y, al mismo tiempo, contemplar un presente que no nos pertenecía. Sin embargo, tan largas conversaciones no crearon esperanzas en mi, ya nada de él lo hacía o eso creí. Pero fue en la última de sus visitas que me di cuenta a qué jugábamos. Estar solos nunca me dio tanto miedo hasta esa tarde cuando sus labios se apegaron a el ligero borde mi hombro, ascendiendo por mi cuello jugando sigilosamente hasta llegar a mis labios.
Yo ya no estaba en mi o hubiese querido no estarlo, sólo en mis labios para por última vez sentirlo, a él, conmigo. Fueron los cinco siguientes minutos más silenciosamente largos que viví, hasta que al fin se atrevió a decir algo: "Lo siento" ¿Alguna vez se han puesto a pensar cuantos significados puede tener esa expresión? Dijo que me amaba, que era especial y que lo esperara porque él sabía que yo era la indicada, que no diga nada, que él sería sincero con ella. Meses después sólo puedo decir que ellos siguen siendo una linda pareja. Nunca me puse a pensar a quien amaría más, o quién de las dos era la indicada. Sólo sé que rompí uno de los lazos más importantes en una relación: la confianza. Mi intención no fue romper la relación, pero rompí algo en ella que era esencial y no lo culpo de la misma manera como nadie tiene derecho a hacerlo. Creer en alguien no esta mal porque todos merecemos ser creíbles. Y es así, chicas como yo estamos cansadas de las promesas, de no ser la opción correcta, de ser para ellos "la persona" y no serla al mismo tiempo por las circunstancias.

En la vida hay personas de muchos sabores, y no todos nos van a gustar pero nuestro gusto no nos da derecho a juzgar. No somos capaces de entender nuestra propia vida, entonces por qué juzgar vidas que tampoco seremos capaces de entender. Razones para actuar hay miles pero no dejemos que se conviertan en excusas.
Yo aún no entiendo por qué él nunca regreso, pero se que mi vida es hoy aunque los recuerdos sean de ayer, también sé que hoy será un recuerdo mañana y de mi depende que sea del sabor que quiero. Muchas veces exigimos la verdad y muchas de esas veces no podemos entenderla. Yo digo que si lo que buscamos son cosas que podamos entender, sólo pidamos eso de los demás, fantaseemos las respuestas porque hay realidades más complejas que lo que podamos crear con nuestra imaginación. Critica con una solución, porque sin ella solo le creas más dudas y problemas a la existencia. Pero si es necesario vivirlo, como yo, para entender que personas "malas" tienen una historia detrás de sus acciones, adelante. Nunca es tarde para aprender, y tampoco es muy temprano para enseñar.



miércoles, 20 de marzo de 2013

Juego de niños. BESOS DE GRANDES.

Hay momentos en los que cuesta acordarse de todos los detalles que alguien pudo tener contigo. Porque por mucho que lo recuerdes hay cosas que hicieron por ti que nunca podrás saberlas, o pueden ser tantas que es fácil perder la cuenta y aunque puede que eso solo haya sido un juego de niños significó una de las cosas más grandes que he experimentado en mi vida.  



¿Cuántos años teníamos? Cómo 10 años, éramos como unos recién nacidos para la vida que nos esperaba. Desde que nos vimos fuimos amigos, o por lo menos así siempre lo vi yo. Era tan inocente, y no he conocido a alguien con sentimientos tan lindos y un corazón tan real, con unos latidos tan fuertes capaces de contarme todo lo que él sentía por mi. Es increíble como sus sentimientos hacia mi no cambiaron a través de los años y las malas influencias. Era de los amigos con los que podía hablar cosas coherentes y era también, de los que sabía escuchar. Nuestra amistad se mantuvo con el paso de los años y a pesar que nuestros círculos sociales casi nunca coincidían, recuerdo que siempre había una conversación para recordar los buenos amigos que éramos. No importó cuantas veces me dijeron que le gustaba, para mi él nunca dejaría de ser mi amigo. Y tal vez fue que nunca insistió en conquistarme que yo nunca lo tomé en serio, o tal vez ambos sabíamos que una amistad valía mucho más. Y no fue hasta después de casi toda la secundaria que lo nuestro empezó. 
El último año de colegio es como un amor de verano: pasan cosas increíbles que no duran para siempre pero los recuerdos te acompañan toda la vida. ¿Y cómo empezó nuestra historia? Para mi con un abrazo, que sólo él y yo podemos recordar, porque en ese momento nadie nos miraba, sólo existíamos nosotros: unos viejos amigos que se reencontraban. Para él, con un beso. Comienzo de otoño, vidas distintas que empezaban a encontrar un nuevo camino en común. Yo no sé cómo ni por qué pero esta vez decidió aventurarse hacia mi, y tratar de conseguirme. Para él no existieron límites esta vez, ni nuestra amistad pudo detenerlo. A pesar de impactarme con sus detalles, yo no vi más allá de una amistad. Yo todavía no podía ver su alma y sus ganas de hacerme feliz. Para él fue un gran intento, pero un intento fallido. Sin embargo, cada detalle fue despertando algo en mi, algo que no sería capaz de describir. Fue entonces cuando me di cuenta que yo sentía lo mismo por él y darnos una oportunidad, una única y última oportunidad fue algo que le dio un giro a lo último que me quedaba de mis 16. No fue un largo tiempo el que estuvimos juntos pero saber que terminaría nos hizo vivir cada instante al máximo. Él nunca dejo de enamorarme, nunca. Y la verdad es que si pudiera volver el tiempo atrás no cambiaría absolutamente nada, aveces pienso que debí fijarme en él desde que él se fijo en mi pero tal vez eso no cambie nada. Luego de separarnos nuestras vidas cambiaron a direcciones muy opuestas, y desde entonces no he vuelto a saber de su vida pero estoy segura que lo único que le esperaba era el éxito.

 Aveces me pregunto cómo es que alguien que esperó tanto por estar junto a ti puede dejar irte y no volverte a buscar. Pero el dejarme ir fue lo que abrió la puerta hacia mis sueños y mis metas. Tantos años han pasado y aunque se que algo queda en nosotros que estaba el día en que nos conocimos, nada nunca volvería a ser igual. Tal vez algún día una nueva historia nazca. Porque la vida esta llena de eso, nuevas historias. Totalmente diferentes una de la otra. Aprecia cada detalle, cada persona y su corazón, porque cada uno es único y entrarán a tu vida personas por una razón, estación o si tienes suerte, para siempre. Él me dejó seguir la brisas de mis sueños, y es que así como no te gustaría tener obstáculos en la vida, aprende también a no ser el obstáculo en la vida de alguien. Recuerda que hay espacio suficiente en el cielo para el brillo de cada estrella. Y se valiente como él para saber dejar ir algo que parece tuyo, no te arrepentirás si sabes que diste todo de ti que no hay algo que te faltara decir. Todo dura por tiempo limitado, pero la satisfacción y felicidad se quedarán como recuerdos por toda tu vida eso es algo que no tiene precio. Yo aprendí a dejar ir pero también a valorar mientras esté conmigo. ¿Tú qué piensas hacer?