sábado, 23 de junio de 2012

Más grande que una frontera

Existe un tipo de distancia que divide a dos personas en un mismo lugar, más grande que una frontera entre dos países, más grande que el mar a dos continentes.

EL ERROR: Definitivamente las circunstancias se habían dado de tal manera, que él y yo tendríamos que acabar juntos. Enamorados? Claro que lo estábamos, de lo contrario no habríamos durado tanto tiempo. Sin embargo, se dieron cuenta que dije: "habríamos" ? Sí, terminamos pero eso no era los más importante, ya que durante ese largo año él y yo habíamos hecho todo lo posible por seguir juntos. En cada crisis superada yo me sentía cada vez más cerca a él y dejarlo era más difícil. Dejarlo era aceptar mis dudas, dejarlo era aceptar que no podía olvidar mi pasado, pero mi pasado no era alguien más, mi pasado era las experiencias con alguien más. No le dejaría por otro, pero no podía seguir pensado en mi pasado. El error no fue con él, el error fue no darme el tiempo de sepultar mi pasado, para crear una nueva historia con él.
El error ya estaba hecho, pero como corregirlo si encima de ese error intentaba escribir una nueva historia.

La historia: Cada día era nuevo para los dos, conocer más de lo que ya sabíamos del otro a través de experiencias únicas, románticas, divertidas e improvisadas, que me hacían irradiar felicidad, más que el Sol, son cosas mi mente guarda y que mi corazón siente. Pero había algo en él que me recordaba al pasado. Él apareció en mi presente, pero de mi pasado tenía mucho, fue así que el sol que irradiaba cada vez se convertía en un ocaso hasta llegar a la noche. Recuerdo el mes, el día y definitivamente el lugar donde mi sol se empezó a ocultar. Él era un amante del cigarro, de tal manera que por ser tolerante yo siempre dejé que fumara aun cuando solo estábamos él y yo, solos. No quería causar conflictos, sabía que no podía exigirle nada, yo lo conocí así y así me había enamorado.Con él yo era diferente, yo acepté todos sus errores. Pero de mi familia todo era un conflicto, cada reunión que terminaba en alcohol era para mi más que dolor, una preocupación y mi almohada es testigo de todas y cada una de las lágrimas. Fue con eso que me di cuenta que es lo que había creado en mi las dudas, la inseguridad de ser feliz con él, porque si yo no era feliz, no podía hacerlo feliz él tampoco. Con el paso de los tiempos, las crisis y también los buenos momentos, me di cuenta de algo, un error más que cometemos muchos. A mi él no me interesaba, no lo quería lo suficiente como para sentir preocupación por él, saber todo el daño que el cigarro significa y no expresar sentimiento alguno, nunca pensé en las consecuencias del cigarro en su vida, sabía que era feliz pero nunca le pregunté por qué, si era por mi o por algo más, me conformé con lo que me decía sin saber en realidad si lo sentía y él conmigo fue igual. Después de saber eso, no tuve miedo de alejarme y dejar que busque su felicidad.


Existe una gran diferencia entre el "te quiero" y el querer, una gran consecuencia entre el gusto y la adicción, un gran camino entre la meta y el final de ella, un gran riesgo entre la tolerancia y el dejar que alguien acabe con su vida, existe más que una frontera entre tu y yo. Estas son las distancias que resumidas en una pueden separar a a dos personas en un mismo lugar. Uno no puede pretender tener a alguien para siempre, porque mientras más lo prometas más difícil será cumplirlo, porque de una promesa de amor en adolescentes solo se puede esperar una decepción. Y es que vivimos en un mundo lleno de oportunidades que harán variar tu destino muchas veces. Enfócate en tu futuro, porque aunque en la vida todos tengan metas diferentes, los caminos de todos se entrelazarán de tal manera que encontrarás en él, quien te apoye en tus sueños, quien te guíe en la tempestad, quien te ponga los obstáculos y al amor de tu vida, pero si no tienes una vida hecha o casi hecha, no sabes lo que quieras para ella entonces no pretendas saber a quien quieres para siempre en ella. EXPERIMENTA, EQUIVÓCATE, APRENDE, DISFRUTA Y VIVE, ASÍ SERÁS FELIZ POR SIEMPRE.

jueves, 31 de mayo de 2012

MI META ERES TÚ

Para el amor yo ya no era una niña, por lo menos eso creía. El amor ya me había hecho pasar por tantas desilusiones que sabía que esta vez yo jugaría con él, o bueno tal vez no tan a ese extremo. Ya era mujer, y estaba segura que ahora todo lo veía distinto, sabía vestirme, sabía cómo (escotes), cuándo (en las salidas) y por qué (POR ÉL).

Él y yo eramos amigos, ni tan cercanos pero tampoco desconocidos. ¿Que si me gustaba? JA ! Me gustaba y mucho, pero eso no expresaba mis verdaderas intenciones. Por supuesto él ni se imaginaba lo que yo sentía por él y menos lo que quería con él.
Con el paso del tiempo, lo primero que conseguí fue que me contara sus cosas sin que yo se las preguntara, y claro yo como buena amiga lo aconseja pero no todo siempre era para mi beneficio, sabía que era un mal juego, pero yo apostaba a TODO O NADA.
Los meses seguían su curso al igual que yo seguía el camino hacia mi meta: ÉL. Fueron innumerables las veces que hablábamos que ya perdí la cuenta, pero cada una de ellas me acercaba MÁS Y MÁS a él. Sin embargo, hubo algo que me impedía avanzar, UNA PIEDRA, una maldita piedra se metió en mi camino y yo como buena amiga no pude aconsejarle en contra de ella por que parecía que a él le gustaba de verdad. Entonces pasó lo peor: SE PUSIERON DE NOVIOS. No hubo día en que yo haya llorado más, pero entre lagrimas pensé que no podía seguir así, algo estaba haciendo mal y entonces fue cuando me di cuenta de lo que faltaba.

Al día siguiente empecé con mi plan B. Yo conocía a uno de sus amigos y fue con él con quien me empecé a hablar. Para mi buena suerte nos caímos bien y mi plan salió mejor de lo que esperaba. Fue así como en las siguientes reuniones empecé a ver a "mi chico" más seguido.
Había veces en las que su enamorada iba, pero para mi suerte había veces en las que no y era ahí cuando la confianza entre él y yo volvía a ser la de antes. Para eso yo tenía que mantener mi nueva amistad con su amigo, y esa amistad crecía cada vez más y más al igual que con mi chico.

Ya había pasado un año desde que me tracé la meta de llegar a ÉL, y qué había conseguido ¿? NADA, NADA MAS QUE UNA AMISTAD. Y esta claro que yo quería algo más, mucho más que eso. Entonces, me decidí a expresarle todo lo que sentía por él, fue ahí cuando recibí en primer rechazo, y luego de eso no tenía más que decirle, pero si tenía mucho que contarle a mi nuevo amigo, su ex mejor amigo.
Le conté al día siguiente lo que pasó, y él estuvo ahí para escucharme, aguantó mis lagrimas, mis gritos, mis sarcasmos, me ayudo a olvidar lo que había pasado, PERO NO A OLVIDAR MI META: ÉL.

Mi mejor amigo no entendía por qué me empeñaba tanto con él, me decía que en el mundo había alguien más que me estaba esperando, entonces le dije: ¿quién tú? y empecé a reírme, y el contestó: y si lo fuera qué. Entonces me quedé helada y me alejé de él. A pesar de todas las cosas que yo tenía planeado, de tantas cosas que analicé, nunca me di cuenta de lo que nacía en él hacia mi. No sé si hice bien, pero sabía que alguien había confundido las cosas y no había sido yo.

Con el pasar de los meses, ÉL llegó solo, sin que nadie se lo pidiera. ÉL y su enamorada habían terminado, en realidad, él la había terminado, y por qué, o más bien por quién ¿? Aunque no lo crean, POR MI.
Empezamos a salir, pero ya no como amigos, sino como algo más que eso. Mi meta estaba a punto de ser cumplida y no me había dado cuenta lo que había dejado por ella. Aunque no lo crean, deje a mis amigas, deje a quien yo creí mi mejor amigo, ya no había momentos familiares, y fue en ese momento, justo antes de  llegar a mi meta cuando me di cuenta que eso no era lo que quería, ME ARREPENTÍ, y decidí ir en busca de lo que me hacía feliz, mi familia, mis amigas y mi MEJOR AMIGO. Me dí cuenta en ese último momento que lo que en verdad quería era algo totalmente distinto, y sin muchas vueltas fui a su encuentro.

Él tenía razón, me había dicho que alguien más me estaría esperando, y cuando fui a buscarlo, él estaba ahí esperándome, sin dudas ni rencores y con el corazón abierto hacia mi. Nada más en ese momento me hizo más feliz que verme junto a mi mejor amigo, a mi enamorado.

No importa cuantas veces en la vida cambies de rumbo, es cierto que la vida es corta, pero tú estas aquí con un propósito, y ese propósito es hacer feliz a los demás pero empezando por ti misma. No importa cuantos caminos o atajos te lleven a tu meta, el fin del recorrido está hecho solo para ti y cuando lo encuentres sentirás que algo en ti esta completo, y es ahí cuando estás lista para hacer realidad TODOS TUS SUEÑOS. La confianza en ti te puede llevar a lugares que solo tu mente imagina y tu corazón puede vivirlos. Disfruta cada experiencia que te regalen esos caminos, porque son únicos y son parte de ti. Lo que tú llegues a ser, no lo será nadie, así que cuando llegues a serlo podrás sentirte un ser auténtico, capaz de hacer feliz a los demás.
 La meta ya está trazada, solo te falta dibujar el camino, no importa que tan largo sea, RECUERDA SIEMPRE QUE TU FELICIDAD LO VALE ! 




miércoles, 11 de enero de 2012

Tú también estuviste en mi diario


Debo admitir, que tengo recuerdos muy claros de cómo pasaron las cosas y esto es gracias a dos motivos muy ciertos (además de comunes) : porque llamaba a mi mejor amiga exactamente después de lo sucedido o porque lo escribía en mi DIARIO.

Este último puede sonar algo cursi y hasta infantil, pero mi diario guarda los secretos y sucesos más íntimos o personales de mi adolescencia (que ni yo puedo guardar, por eso prefiero escribirlo) además de mágicos y maravillosos, pero sobre todo, lo más IMPORTANTE PARA MI.


En aquellas hojas, tengo recuerdos que renacen en mi, sentimientos olvidados. Como la vez que
me encerré en mi cuarto porque discutí con mis padres, o cuando pasé un hermoso día en la playa, cuando me cambié de colegio, cuando hice nuevos amigos, mis logros y derrotas, o también mi primer beso, mi primer enamorado, mi primera pelea, mis primeros adornos en la cabeza (bueno esto sería demasiado). Pero sé que todas (y por qué no todos) han vivido algo importante y que tal vez decían en su mente : " esto se lo tengo que contar a mi DIARIO" .

Pero así es sólo un momento, porque tu diario te sirve de compañero cuando todavía no estableces una amistad, verdadera y sincera, que tal vez no sea para siempre pero sabes que si se termina, lo contado quedará en cada una.
Así me pasó, mi DIARIO había quedado enterrado en alguna parte y aunque sabía donde estaba, era como si verdaderamente lo hubiera enterrado. Igual que a mis ex, mi diario había sido completamente ignorado y olvidado. Había pasado, tal vez, a formar parte de una etapa que ya estaba dejando.

Hasta que apareció él. El chico nuevo, alguien totalmente desconocido para mí, que en mi no
causó impresión a primera vista ( cosa que hasta ahora no entiendo). Aunque sí, lo admito, yo era diferente, los chicos lindos no me transmitían confianza. Sin embargo, eso no me impidió
conocerlo y darme cuenta de su sencillez. En fin, él era divertido, sí, pero yo lo hacía reír y no era porque quisiera sino porque nos llevábamos bien o por lo menos el nunca hizo cosas como bromas pesadas y cuando alguien es así de agradable conmigo yo lo soy mucho más.
No siempre estuve segura de esa amistad, no al comienzo, porque lo nuevo da miedo pero te da experiencias para vivir entonces decidí darme la oportunidad de conocerlo y no andar a la defensiva. Así me dí cuenta, la química que había. Pero... ¿No era amistad? Claro, eso creí yo, porque un chico lindo, simpático y sencillo no me podría ver como algo más que su amiga y eso lo tuve claro desde el primer momento. Sin embargo, Dios sabe por qué hace las cosas y debo admitir que me llegó de sorpresa.

Fue en la fiesta de fin de año y creo que nos conocíamos lo suficiente como para decir que eramos amigos.

"Me miraste a lo lejos, porque estábamos en grupos distintos, y me sonreíste ( y qué sonrisa la
que me diste), me insinuaste ir a bailar, pero yo solo reí (¡qué sonsa!), sin embargo, tú lo tenías todo pensado. Atravesaste todo la pista de baile hasta llegar hacia mi y me dijiste al oído: me arrodillo o esta bien si solo te pido que bailes conmigo. Te di una gran sonrisa y moviendo la
cabeza acepté tu invitación. Luego de eso, bailamos como nunca lo habíamos hecho (en realidad nunca habíamos bailado) y fue genial, reímos, cantamos, gritamos, interpretamos, bailamos, pero lo más
sorprendente: coqueteamos. Todo iba, hasta ahí, muy normal para ser amigos, pero fue cuando en una salsa, girándome, llegué hacia ti, y al estar tan cerca solo me quedó mirarte, escuchar: te quiero y ver como me robabas un beso. "

Fue exactamente así como lo escribí en mi Diario. No pude esperar hasta el otro día, no quería olvidar ningún detalle, todo había sido perfecto. Busqué mi DIARIO y al verlo lo abracé y pensé: ¿cómo te pude dejar de lado si has marcado grandes momentos en mi?

Todo fue muy lindo pero repito: Dios sabe por qué hace las cosas. Él ya no estaría conmigo, se había ido, no sé por qué, no sé con quién, ni sé donde. Y lo único que me quedó de él fue eso beso marcado en mis labios y una carta. Una carta que la guardo en mi DIARIO y en mi corazón. Sé que me quiso, pero tuvo miedo a arruinar mi sonrisa de todos los días, él no sabía si yo sentía lo mismo y quiso estar junto a mi lo más cerca que pudiera. Esas ganas de tenerme cerca estaban camufladas con lo que yo siempre vi: una amistad. Solo me besó y me dijo lo que sentía, pero su cobardía no le permitió escuchar lo que yo sentía y bueno es ese momento yo no tenía palabras, estaba confundida.


Mi diario guarda en letras lo que viví ese día, pero en mi corazón están guardados todos los sentimientos que conocí aquellos días. GRACIAS DIARIO, porque nunca me regañaste y me dejaste experimentar cosas nuevas y arriesgar. Pero sobre todo, me ayudaste a darme cuenta que nada ni nadie sabe lo que viví como yo lo sé. Me enseñaste con eso, a hacer las cosas por mí, y para mí, porque sólo yo sé lo que valen. Significaste una gran etapa en mi vida y sé que de ahora en adelante estoy sola, pero con muchas cosas que aprendí y una de esas, tú bien lo sabes, es no temer a fallar, porque el mundo esta lleno de errores y si no fallo nunca sabré qué es lo que debo cambiar para ser mejor.

No sé si lo que aprendí les sirva, pero a mi me ayudo mucho. Dejar cosas atrás, no significa no valorarlas más. Sí, son etapas pero de esas se aprende así que no tengan miedo de mostrarse con fueron y como son ahora. SUERTE