miércoles, 11 de enero de 2012

Tú también estuviste en mi diario


Debo admitir, que tengo recuerdos muy claros de cómo pasaron las cosas y esto es gracias a dos motivos muy ciertos (además de comunes) : porque llamaba a mi mejor amiga exactamente después de lo sucedido o porque lo escribía en mi DIARIO.

Este último puede sonar algo cursi y hasta infantil, pero mi diario guarda los secretos y sucesos más íntimos o personales de mi adolescencia (que ni yo puedo guardar, por eso prefiero escribirlo) además de mágicos y maravillosos, pero sobre todo, lo más IMPORTANTE PARA MI.


En aquellas hojas, tengo recuerdos que renacen en mi, sentimientos olvidados. Como la vez que
me encerré en mi cuarto porque discutí con mis padres, o cuando pasé un hermoso día en la playa, cuando me cambié de colegio, cuando hice nuevos amigos, mis logros y derrotas, o también mi primer beso, mi primer enamorado, mi primera pelea, mis primeros adornos en la cabeza (bueno esto sería demasiado). Pero sé que todas (y por qué no todos) han vivido algo importante y que tal vez decían en su mente : " esto se lo tengo que contar a mi DIARIO" .

Pero así es sólo un momento, porque tu diario te sirve de compañero cuando todavía no estableces una amistad, verdadera y sincera, que tal vez no sea para siempre pero sabes que si se termina, lo contado quedará en cada una.
Así me pasó, mi DIARIO había quedado enterrado en alguna parte y aunque sabía donde estaba, era como si verdaderamente lo hubiera enterrado. Igual que a mis ex, mi diario había sido completamente ignorado y olvidado. Había pasado, tal vez, a formar parte de una etapa que ya estaba dejando.

Hasta que apareció él. El chico nuevo, alguien totalmente desconocido para mí, que en mi no
causó impresión a primera vista ( cosa que hasta ahora no entiendo). Aunque sí, lo admito, yo era diferente, los chicos lindos no me transmitían confianza. Sin embargo, eso no me impidió
conocerlo y darme cuenta de su sencillez. En fin, él era divertido, sí, pero yo lo hacía reír y no era porque quisiera sino porque nos llevábamos bien o por lo menos el nunca hizo cosas como bromas pesadas y cuando alguien es así de agradable conmigo yo lo soy mucho más.
No siempre estuve segura de esa amistad, no al comienzo, porque lo nuevo da miedo pero te da experiencias para vivir entonces decidí darme la oportunidad de conocerlo y no andar a la defensiva. Así me dí cuenta, la química que había. Pero... ¿No era amistad? Claro, eso creí yo, porque un chico lindo, simpático y sencillo no me podría ver como algo más que su amiga y eso lo tuve claro desde el primer momento. Sin embargo, Dios sabe por qué hace las cosas y debo admitir que me llegó de sorpresa.

Fue en la fiesta de fin de año y creo que nos conocíamos lo suficiente como para decir que eramos amigos.

"Me miraste a lo lejos, porque estábamos en grupos distintos, y me sonreíste ( y qué sonrisa la
que me diste), me insinuaste ir a bailar, pero yo solo reí (¡qué sonsa!), sin embargo, tú lo tenías todo pensado. Atravesaste todo la pista de baile hasta llegar hacia mi y me dijiste al oído: me arrodillo o esta bien si solo te pido que bailes conmigo. Te di una gran sonrisa y moviendo la
cabeza acepté tu invitación. Luego de eso, bailamos como nunca lo habíamos hecho (en realidad nunca habíamos bailado) y fue genial, reímos, cantamos, gritamos, interpretamos, bailamos, pero lo más
sorprendente: coqueteamos. Todo iba, hasta ahí, muy normal para ser amigos, pero fue cuando en una salsa, girándome, llegué hacia ti, y al estar tan cerca solo me quedó mirarte, escuchar: te quiero y ver como me robabas un beso. "

Fue exactamente así como lo escribí en mi Diario. No pude esperar hasta el otro día, no quería olvidar ningún detalle, todo había sido perfecto. Busqué mi DIARIO y al verlo lo abracé y pensé: ¿cómo te pude dejar de lado si has marcado grandes momentos en mi?

Todo fue muy lindo pero repito: Dios sabe por qué hace las cosas. Él ya no estaría conmigo, se había ido, no sé por qué, no sé con quién, ni sé donde. Y lo único que me quedó de él fue eso beso marcado en mis labios y una carta. Una carta que la guardo en mi DIARIO y en mi corazón. Sé que me quiso, pero tuvo miedo a arruinar mi sonrisa de todos los días, él no sabía si yo sentía lo mismo y quiso estar junto a mi lo más cerca que pudiera. Esas ganas de tenerme cerca estaban camufladas con lo que yo siempre vi: una amistad. Solo me besó y me dijo lo que sentía, pero su cobardía no le permitió escuchar lo que yo sentía y bueno es ese momento yo no tenía palabras, estaba confundida.


Mi diario guarda en letras lo que viví ese día, pero en mi corazón están guardados todos los sentimientos que conocí aquellos días. GRACIAS DIARIO, porque nunca me regañaste y me dejaste experimentar cosas nuevas y arriesgar. Pero sobre todo, me ayudaste a darme cuenta que nada ni nadie sabe lo que viví como yo lo sé. Me enseñaste con eso, a hacer las cosas por mí, y para mí, porque sólo yo sé lo que valen. Significaste una gran etapa en mi vida y sé que de ahora en adelante estoy sola, pero con muchas cosas que aprendí y una de esas, tú bien lo sabes, es no temer a fallar, porque el mundo esta lleno de errores y si no fallo nunca sabré qué es lo que debo cambiar para ser mejor.

No sé si lo que aprendí les sirva, pero a mi me ayudo mucho. Dejar cosas atrás, no significa no valorarlas más. Sí, son etapas pero de esas se aprende así que no tengan miedo de mostrarse con fueron y como son ahora. SUERTE