lunes, 26 de mayo de 2014

Una mirada al presente

Durante nuestras vidas vivimos recordando tantas cosas: desde lo que tenemos que hacer, hasta lo que no hicimos, en lo que nos pasó y con quién, hasta lo que quisiéramos que nos pasara. Soñamos despiertos porque aún no tenemos el valor de hacer que las cosas ocurran. El pasado siempre va a estar ahí cada vez que quieras volver a él , lamentablemente él nunca va a venir y eso intentaba yo, yo intentaba recuperarlo.


Deslizaba mi vida por la vida de los demás esquivándolas e ignorándolas, pensaba en él, y un día mientras salía de una cafetería a la recurría constantemente, alguien que tal vez había estado ahí antes se despidió de mi, tuve suerte en escucharlo a pesar que llevaba los audífonos puestos. Cuando giré, aquel chico estaba mirándome con una sonrisa y fue entonces que reaccioné. Sentí como si fuera la primera vez que despertaba, como si fuera la primera vez que miraba a mi alrededor, entonces le sonreí y agitando ligeramente mi mano le dije: "Hasta luego."
Su cara se me quedó grabada. Desde entonces cada vez que nos veíamos nos sonreíamos, aunque pareciera poco, para mi lo era todo. Era inocente y sencillo y a la vez directo e íntimo nuestro contacto visual, durante todo un mes.Para era él era fácil debido a que nunca tuvo que preguntarme mi nombre ya que yo tenía que decírselo casi todos los días. En cambio yo no tenía cómo saberlo. El día que finalmente me decidí a preguntárselo, él ya lo tenía puesto en su polo. Así que no se lo pregunté (COBARDE), y como en mi mente solo pensaba en que al fin este chico ya tenía un nombre, no me di cuenta que dejé mi bolso en el mostrador (GENIA AH).  Mientras me iba, él se acercó hacia mi, entonces volteé porque me percaté que algo me faltaba y ahí estaba él con mi bolso. Al momento de agradecer aproveché en mencionar su nombre después del 'gracias' y me dijo: Sí, exacto. Ahora él no solo sabia mi nombre sino también sabía que yo sabía el suyo.
Luego de aquel día en el que me lo encontré de casualidad en la sección de cereales de un supermercado, y empezamos a hablar más sobre nosotros me di cuenta que nuestra historia estaría llena de casualidades. Efectivamente así lo fue. Ese mismo fin de semana nos cruzamos en el cine y ambos íbamos a ver la misma película que ya estaba en su última semana en cartelera. Nos sentamos juntos y sin haberlo pensado o planeado ya teníamos nuestra primera cita. Empezamos a salir más seguido y yo no dejaba de sorprenderme con él. Fue de esa manera como un completo extraño se convirtió en la persona con la que ahora paso mis días.

Cada cosa que hacemos, decimos o vemos se convierte en un recuerdo. Cada segundo se vuelve pasado, un pasado que forma parte de tu memoria y que sólo va a regresar cuando tú decidas ver hacia atrás. Sin embargo, no dejemos que un recuerdo nos haga parte de ellos de manera que nos estanque con ellos. Últimamente tratamos de capturar cada momento en una fotografía o un vídeo pero la magia está en acordarnos de ese momento sin que algo nos diga cómo fue, eso lo hace especial.  Sólo se vive el presente, el pasado se recuerda y el futuro se añora. Haz que cada día valga la pena, haz que pase lo que quieras que pase, te lo agradecerás y probablemente alguien también te lo agradezca. Toma tú la iniciativa cuando todos duden, ríe, llora, enójate, grita, canta, muévete, lee, sal cuando creas que no haya nadie a donde vas porque de los momentos espontáneos es de dónde nacen las casualidades. Arriesga, que nadie lo va a hacer por ti. Acuéstate satisfecho pero con las esperanzas y las ganas de que el mañana será mucho más intenso que el hoy. Se observador, que ningún día, por más parecido que te parezca, es igual, puede que haya algo o alguien que tu mirada esté obviando. Haz de tu presente ese pasado que quieres recordar y llevar contigo para siempre, entonces dejarás de lamentarte. TÚ ELIGES.

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